TEXTO:
Sin embargo, ¿es asunto claro qué deba entenderse en la palabra novela? Cervantes llamó novelas ejemplares a ciertas producciones menores suyas. ¿No ofrece dificultades la comprensión de este título?
(...) Yo hallo en estas dos series muy distintas composiciones sin que sea decir que no interviene en la una algo del espíritu de la otra. Lo importante es que prevalezca inequívocamente, una intención distinta en ambas series, que gravite en ellas hacia diversos centros la generación poética. ¿Cómo es posible introducir dentro de un mismo género El amante liberal, La española inglesa, La fuerza de la sangre, Las dos doncellas, de un lado, y Rinconcete y Cortadillo y El celoso extremeño, del otro. Marquemos en pocas palabras la diferencia: en la primera nos son referidos casos de amor y fortuna (...) Todo lo que se cuenta en estas novelas es inverosimil y el interés que su lectura nos proporciona nace de su inverosimilitud misma. El Persiles, que es como una larga novela de este tipo, nos garantiza que Cervantes quiso la inverosimilitud como tal inverosimilitud. Y el hecho de que cerrara con este libro su ciclo de creación nos invita a no simplificar demasiado las cosas.
(...) ¿Creéis que debemos llamar novela al género literario que comprende esta primera serie cervantina? No hay inconveniente, pero haciendo constar que este género consiste en la narración de sucesos inverosímiles, inventados, irreales.
COMENTARIO.
En esta ocasión nos encontramos ante un fragmento y no ante un texto completo, como lectores de un fragmento podemos hacer algunas inferencias del tema global del texto, pero siempre será necesario centrarnos lo más posible en el fragmento mismo, partir de una lectura inmanente, cerrada, que sólo podrá arrojar cierta luz sobre la intención de su autor/a.
El texto invita al lector a reflexionar sobre las dificultades que ofrece la comprensión del título "novela" otorgada a ciertas narraciones cervantinas.
Argumenta esta opinión basándose en la diversidad que puede observarse dentro de la serie de los textos llamados "novelas ejemplares" por el propio Cervantes. Fundamentalmente, considera, se pueden distinguir dos tipos muy distintos, siendo el primer tipo el que corresponde a novelas como El amante liberal, marcadas por su inverosimilitud. Concluye que si aceptamos llamarlas novelas, en cualquier caso se debe precisar este carácter inverosimil de las mismas.
Podemos dividir el texto en tres partes que se corresponden con su estructura externa. Comienza con una reflexión general a cerca de la novela, y más concretamente de la novela cervantina. En el segundo párrafo desarrolla ideas planteadas interrogativamente en el primero, y finalmente, en el tercer párrafo, de nuevo se vuelve a lo general, a la concepción de la novela en Cervantes y al planteamiento de preguntas.
Por lo tanto, podemos decir que la estructura del texto es deductiva y circular. Se parte de una tesis general plateada interrogativamente, se desarrolla y concreta posteriormente mediante ejemplos, y se regresa al comienzo perfilando ya la tesis con una conclusión final.
Es importante tener en cuenta, no obstante, que el uso del signo (...) significa que el texto no sólo es fragmentario sino que está abreviado, presupongo que intentando respetar la estructura fundamental del texto y reduciéndolo a su esencia de cara a su propuesta para el comentario.
Al tratarse de un texto ensayístico, humanístico y claramente centrado en la crítica literaria, predomina en él la función referencial con una presencia también importante de la función apelativa. Para ello emplea la interrogación en varias ocasiones e incluso, en el último párrafo la referencia al lector se encuentra explícita al utilizar la primera persona del plural: "Creéis que..." "Marquemos...."
El léxico empleado no ofrece dificultades de comprensión, el nivel es formal y el registro culto, pero no de difícil lectura. Así emplea expresiones como: "prevalezca inequívocamente", "gravite en ellas" ( que es también una metáfora de uso común en el lenguaje discursivo) "inverosimilitud", "haciendo constar" y otras que caracterizan el nivel del texto dirigido a una persona también culta y capaz de compartir una información sobre los contenidos de los que trata, sobre el tema fundamental del mismo, a saber: del uso del término novela para la caracterización de toda la producción narrativa de Cervantes. No cabe duda de que para seguir el texto hay que comprender con cierta profundidad el concepto de género literario y en particula el de novela.
La cohesión y la coherencia interna se construyen con el apoyo de marcadores y operadores textuales que es importante considerar. Fijémonos en que el texto se abre precisamente con el operador textual de objeción "sin embargo" que nos da la primera pista sobre su carácter fragmentario. Otros son: Marcadores distribuidores: de un lado, del otro, en la primera. Marcadores explicativos: En pocas palabras. Marcadores pragmáticos: Lo importante, No hay inconveniente. Es llamativo en este sentido que la voz discursiva declarativa presente sus opciones y razonamientos de manera impersonal en los dos casos citados, así en lugar de decir "lo importante a mi modo de ver" o "para mí no hay inconveniente". Por el contrario, en el comienzo del segundo párrafo se decanta por el uso del pronombre personal de primera persona enfatizando notoriamente la subjetividad: " Yo hallo en estas dos series muy distintas de composiciones. Por tanto ¿podemos hablar de voluntad de impersonalización o plasmación de la subjetividad? Se combinan ambas, puede decirse que cuando presenta el eje fundamental de la tesis que desarrolla, la idea de que hay dos tipos de narraciones en la obra de Cervantes, el autor o autora intenta hacer notar de manera explícita que la idea es suya, que es fruto de su análisis y que no la ha tomado de nadie. Quiere por tanto enfatizar el carácter propio de su aportación crítica. Por otra parte, cuando extrae coclusiones prefiere optar por la impersonalización que resulta más persuasiva y que de un matiz de autoridad incuestionable.
Es también llamativo en este texto el uso de las interrogaciones. Por un lado el autor quiere producir una sensación de seguridad y firmeza ante lo que dice. Por otra, quiere dar a su discurso un tono dialogante que permita un acercamiento más suave y progresivo hacia las ideas del receptor del mismo.
El texto trabaja de un modo dialéctico, casi podría decirse que inspirado en el famoso método socrático de la de la pregunta-respuesta que encontramos en los textos de Platón ( uno de los pilares de la construcción histórica del ensayismo occidental). Prefiere interpelar al lector que ofrecer sin más una información erudita, y así se plantea " es un asunto claro", "no ofrece dificultades", para luego ir dando respuestas y volver de nuevo a la pregunta, de modo que tras la lectura reflexionemos y nos digamos: " sí, no está tan claro como parecía que deba llamarse novela a esta primera serie"
Si consideramos este fragmento ensayístico en su conjunto, deScubrimos en él a un autor interesado por la precisión terminológica en la crítica literaria, y en particular en el concepto de novela. Se centra en Cervantes, pero me atrevería a decir que no es Cervantes y su obra el objetivo fundamental del texto, sino el concepto mismo de novela que, no olvidemos, parte precisamente de Cervantes y un poco más atrás, de El Lazarillo. Gravita en el texto, si se me permite copiar la expresión de su autor o autora, una referencia no explicita al realismo que se contraría con las narraciones inverosímiles y cuyo interés se centra, citando de nuevo el texto, "en su propia inverosimilitud". Quizá sea este contraste entre realismo y narrativa fantástica, de entretenimiento, didáctica o de género la idea fuerza, el eje de este texto y que nos surge a través de un proceso inferencial (empleando el término de WILSON).
El estilo del ensayo es ya moderno, lejos de la retórica y complejidad retórica de nuestros primeros ensayistas. Se aprecia una clara influencia del discurso filosófico, que se integra en la crítica literaria española a través de la Generación del 98 y que continuará en dicha linea de la mano de grandes críticos y ensayistas como Ortega y Gasset.
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