"VERÉ AL tiempo tomar de ti, señora,
por mí venganza, hurtando tu hermosura;
veré el cabello vuelto en nieve pura,
que el arte y juventud encrespa y dora;
y en vez de rosas, con que tiñe ahora
tus mejillas la edad, ay, malsegura,
lilios sucederán en la madura,
que el pesar quiten y la envidia a Flora.
Mas cuando a tu belleza el tiempo ciego
los filos embotare, y el aliento
a tu boca hurtare soberana,
bullir verás mi herida, arder el fuego:
que ni muere la llama, calmo el viento;
ni la herida, embotado el hierro, sana."
El texto que se nos propone es un poema lírico (...)
Podemos resumir el poema diciendo que la voz poética se dirige al objeto amoroso, una mujer, para hacerle saber que se vengará de ella al verla envejecer, pero aún así esa pasión no podrá extinguirse.
La estructura interna se puede dividir en dos partes, que se corresponden en la externa con dos estrofas cada una. En la primera parte el poeta expresa su deseo de tomar venganza, mientras que en la segunda se centra en la expresión de la continuidad del sentimiento de intensa pasión que experimenta por el ser amado, incluso después de haber visto satisfecha su venganza.
Hay por tanto, una cierta contradicción entre ambas a la que me referiré más adelante.
ANÁLISIS DE LA ELOCUCIÓN
Es conveniente comenzar nuestras observaciones por la consideración de la estructura externa del poema en la que se sustenta, en gran medida, su valor rítmico y fónico. La musicalidad es un aspecto esencial en buena parte de la poesía, especialmente la lírica, y en este sentido, el uso del verso es esencial.
Este es un poema escrito en una forma métrica ampliamente extendida en todo el ámbito occidental a partir del Renacimiento: El soneto. Esta estructura se conforma a su vez de dos estrofas, a saber, dos cuartetos y dos tercetos. Se trata de una forma tomada de la lírica italiana, introducida en la lírica hispana por JUAN BOSCÁN y cultivada con magistral acierto por GARCILASO. A partir de entonces no ha dejado de emplearse como vehículo de expresión poética detro de los moldes del estricto estrofismo. El esquema presenta variedad, en el caso de este poema concreto es el siguiente:
ABBA ABBA CDE CDE
Resulta especialmente llamativo el uso que se hace en el poema del encabalgamiento que produce un efecto de aceleración asemejando más el verso a la prosa -algo que sería muy mal visto por los poetas críticos hacia el nuevo estilo italiano, como CASTILLEJO- De esta forma la expresión de las emociones produce una mayor sensación de autenticidad, de verdadera fuerza expresiva, que no podría producirse cuando el ritmo viene determinado por la línea del verso en lugar de por la intensidad de la frase y su poder evocador.
Por ejemplo, este recurso se aprecia en los versos : "y en vez de rosas con que tiñe ahora/ tus mejillas la edad" y en estos otros versos: " y el aliento/ a tu boca hurtarse soberana".
Sin embargo, todavía podemos apreciar en este poema una cierta tendencia a la estructuración versal más estricta, y resulta chocante, en este sentido, el prosaico uso de los dos puntos, como se aprecia en el verso: veras arder el fuego:/ que ni muere la llama calmo el viento/ ni la herida embotada el hierro cura
El tono del poema es, en general, intenso, marcado por el carácter emocional de lo expresado. Se emplea, además, la interjección "ay" con un claro valor expresivo.
La función expresiva y la estética son las principales, pero, ¿podemos hablar también de una función apelativa? Es necesario advertir, en este sentido, que la voz poética, en primera persona, expresa sus emociones (se para a contemplar su estado, usando la clásica expresión de PETRARCA) y se dirige a un "tú" marcado en la deixis como si fuera el destinatario directo del poema.
"Veré (yo) al tiempo tomar de ti señora/ por mi venganza" Y al final dice: Bullir verás(tú) mi herida". Esta repetición del verbo ver, empleada al principio y al final del poema, es decir primero lo que verá el poeta y después la persona a la que se dirige) construye la unidad, cierra en un círculo el mensaje dotándolo de una intensa coherencia interna y de una inusitada fuerza significativa a la que me referiré después.
Los recursos estilísticos empleados para producir el efecto de extrañamiento poético (en el sentido dado al término por SKOLOVSKI) son variados y se distribuyen por todo el poema. Algunos de los más relevantes para la construcción del significado son los siguientes:
La personificación, al referirse al referirse al tiempo como un ser capaz de arrebatar la juventud y la belleza (concepción heredada del paganismo gregolatino) Las metáforas referidas a la juventud.
Las metáforas vertebran casi todo el texto. En primer lugar nos encontramos con aquellas referidas a la juventud en contraste con la madurez:" rosas/lilios en las mejillas", "cabello vuelto nieve pura" . Ambas metáforas responden a tópicos plenamente usados por la lírica del siglo de oro, concretamente la asociación entre rasgos físicos y rasgos de la naturaleza. En segundo lugar, las metáforas que cierran el poema y con las que se refiere al amor y al deseo, sin nombrarlos nunca: "arde el fuego" , " la llama", " la herida". Con ellas describe también la imposibilidad de que ese amor termine nunca, aunque se haya extinguido la fuerza que lo originó. Así dice: " ni muere la llama calmo el viento/ ni la herida embotada el hierro sana", y " igualmente verás bullir mi herida.
Para terminar este apartado, me detendré un momento en el uso del hipérbaton, frecuente y magistralmente empleado para dar mayor protagonismo a los vocablos que el poeta quiere resaltar gracias a su inhabitual colocación en el discurso oracional. Veámoslo en:" Veré al tiempo tomar de ti señora/por mi venganza", o por ejemplo, en estos versos: " ni la herida embotada el hierro sana"; la colocación al final del verbo (en presente, además, para realzar la fuerza de su significación, aunque en conjunto el poema tenga un valor de futuro) Tiene también resonancias latinas y una determinada sonoridad que es claramente clásica.
INTERPRETACIÓN FINAL.
A lo largo de mi comentario hemos ido considerando la presencia en el texto de rasgos y elementos que lo caracterizan formal y temáticamente como un poema situado entre los siglos XVI y XVII. La perspectiva es interna, la finalidad del poema es a mi juicio, además de la artística, la introspectiva.
¿El poeta busca amenazar o amedentrar al posible destinatario (quizá real, quizá una ficción poética) explicándole que el tiempo terminará con su belleza? Más bien se trata de mostrar una emoción con un carácter paradógico, complejo. Un amor- odio, una pasión arrebatadora que empuja al poeta a desear el fin de aquello que le motiva su dolor pero, al mismo tiempo, le empuja a confesar y confesarse que ese fin es imposible. Que la pasión persistirá más allá de la pérdida de la belleza que la motivó en un principio.
Es precisamente esta contradicción la que genera en el lector el sentimiento y la emoción estética tanto como afectiva ante el poema. Quizá un lector actual se sienta menos identificado con una visión amorosa tan ligada al físico de la mujer como la que predominó a lo largo de siglos en la lírica. Pero este poema reconoce que esa belleza no puede ser lo que sustente la"llama intensa "de la pasión amorosa, aunque lo haga de modo sutil y hasta contradictorio. En este sentido se acerca más a la sensibilidad poética de nuestros días e intuye un camino distinto y más profundo para el tratamiento del tema del amor que mantendrá encendida la llama misma de la lírica durante siglos.
RECEPCIÓN DEL TEXTO.
Opinión sobre el tratamiento del amor en el poema.
Para el lector actual, más aún para una lectora, la perspectiva del poema adolece de cierta rigidez y resulta poco creíble, poco capáz de despertar simpatía, comprensión o emoción alguna. No tanto por la temática y el modo en que esta es tratada como por el lenguaje y las metáforas que sustentan el texto y que responden a patrónes de pensamiento generales y determinados por el contexto histórico cultural y no a la imaginacion o la sensibilidad del poeta.
Por otra parte, llama la atención que la perspectiva masculina del hombre ofendido ante la mujer bella que le ignora, se haya mantenido durante siglos, y continúe intacta en nuestros días el algún que otro bolero o blus.
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