Libros al viento.

TEXTO LÍRICO 7



“Cuando nuestros padres dejen la tierra, y nos falten
no tendremos diariamente la comida preparada.
Ni por las noches, al alba, entraremos en casa descalzos
procurando no desvelar la conciencia responsable
de quienes, con su apoyo,
nos hacen confiados; y de voluntad disipada.
Con toda seguridad, comeremos a deshoras.
Llevaremos un jersey al año, mal planchado.
Y nadie nos recordará el deber moral
que limpia de arena nuestro destino:
No más consejo, ni miradas tiernas, ni severas represalias,
ni la solemne danza cruzada de protección y transigencia.
Ya entonces no seremos inmortales,
los momentos de indolencia harán que no olvidemos,
sentados en el suelo de una habitación en desorden,
a los pies de una cama con la colcha levantada
y una pila de libros bajo el flexo,
que el tiempo va cumpliendo su mandato.
Y que cualquier amanecer en las aceras
cualquier velada milagrosa en los locales para noctámbulos
nos va marcando el paso.
A nosotros que no creíamos en nada
ni temíamos la soledad, ni el silencio, ni la muerte”


Aspectos generales:


El texto que voy a comentarles... ( VER modelo de introducción)


El poema nos habla de las dificultades que pueden afrontar los hijos para enfrentarse a la vida, y a las limitaciones de la existencia, sin el apoyo incondicional y condescendiente de los padres. Externamente el texto se estructura en un continuum de versículos o versos libres de extensión variable, aunque siempre de arte mayor, salvo en dos versos. La forma versal no está determinada por ningún modelo estrófico. Se trata de una libre sucesión de líneas poéticas fluyentes en las que se va desarrollando el tema del poema y se va progresando hacia la idea principal.


 Internamente la estructura se acomoda a esta forma estructura se acomoda a esta forma externa, a mi juicio. El autor comienza por la constatación de una hipótesis concreta y la va desarrollando enumerativamente hasta establecer una condena que desborda el marco más intrascendente o anecdótico de la primera afirmación.
   Comienza diciendo que "cuando nuestros padres dejen la tierra" no tendremos la comida preparada, no entraremos de noche sigilosamente, nadie nos cuidará la ropa...Evoluciona hacia cuestiones de mayor gravedad: "nadie nos recordará el deber", para centrarse después en una idea clave. "ya no seremos inmortales" y adopta un claro tono melancólico: "el desorden en la habitación", "los amaneceres en las aceras", y en contraste con esa indolencia, el tiempo imposible de detener y con él, una serie de aspectos negativos que  no se veían en la juventud, bajo el cobijo de la mirada materna: "la soledad, el silencio, la muerte"
  En definitiva, podríamos decir que el tema del paso del tiempo, y su colofón, la muerte, constituyen el eje en el que se engarza la estructura interna de este texto, más adetante, en la parte interpretativa del comentario, volveremos a esta cuestión.
Comentario de la elocución:
El ritmo del poema se acerca a la prosa, tanto por la extensión de los versos, como por la fluidez con que se siguen y se encabalgan en ocasiones, aunque respetando los sirremas. Es frecuente el uso de la coordinación copulativa por lo que se produce un efecto acumulativo que está determinado por la propia estructura enumerativa y fluyente del texto. Las oraciones son enunciativas, tanto afirmativas como negativas. El tono es firme y contundente; aunque se presenta una hipótesis y no un hecho cierto, pero se nos dice que lo que he de ocurrir pasará "con toda seguridad". En el plano sintáctico, al que me he referido también al hablar de la estructura y la construción a nivel fónico-rítmico, conviene considerar con especial atención una oración  de gran relevancia en el texto: "Entonces no seremos inmortales". Su caracter nominal, no predicativo, es central pues nos remite a la esencia misma del poema: el ser futuro, lo que espera tras la juventud. Opta de nuevo, como es frecuente en todo el texto, por la negación. "no seremos", como un modo de resaltar la carencia, la falta, y emplea la deixis indeterminada para contextualizar ese hecho de la inmortalidad, situarlo en un eje espacio-tiempo indefinido que le da un carácter más trascendente.
 También es relevante, desde mi punto de vista, la construcción: " A nosotros, que no creíamos en nada", debemos tener en cuenta que el sujeto es el complemento indirecto en la oración anterior: "Nos va marcando el paso", se trata de una estructura que marca la importancia relativa del sujeto, nosotros, en relación con el sujeto del que dependemos, a saber, el tiempo. En otras palabras, la sintaxis es aqui un reflejo del significado, lo refleja y lo refuerza, lo subraya. Me gustaría también llamar la atención sobre la enumeración con la que se concluye el poema, en la línea de los poemas clásicos de definición, con una intensificación  progresiva en el plano semántico: "la soledad, el silencio, la muerte"
La densidad semántica  del poema es intensa, como estamos viendo, existe un aspecto esencial, a mi juicio, y es el contraste entre campos semánticos referidos a espacios internos y externos, por un lado, y por otro, a los que tienen un valor positivo frente a los que lo tienen negativo.
 Por un lado está el mundo seguro de la familia: "la comida preparada", "la ropa planchada", "las miradas tiernas", "la protección"; con la referencia al apoyo emocional y las directrices morales: "conciencia responsable", por otro lado, el mucho menos prosaico mundo de la vida nocturna: "amaneceres en las aceras", "velada milagrosa en los locales para noctámbulos".
 Se emplean, en ocasiones, imágenes de gran belleza, así destacan, en lenguaje figurado: "limpiar de arena nuestro destino", para referirse metafóricamente a la labor paternal y maternal de prefigurar un futoro sin sombras para los descendientes, "solemne danza cruzada de protección y transigencia", imágen que nos remite al equilibrio entre la necesaria libertad que se debe dar a los hijos e hijas y  el miedo a que algo peligroso o dañino les ocurra.

INTERPRETACIÓN GLOBAL DEL POEMA.


Sin duda, esta última cuestión que he considerado al interpretar el lenguaje figurado del poema, nos lleva a pensar en la actualidad y en el modo en que este problema de la transmisión de los valores y el ejercicio de la responsabilidad se ha generalizado en nuestros dias, quiero decir, que el equilibrio entre la concesión de libertad y  la trasmisión de una idea de seriedad y madurez para enfrentar la vida, constituye un asunto que plantea nuevos retos en las sociedades modernas. Sin embargo, no es este el tema del poema, no hay un trasfondo politico ni moral en el texto, sino que su trasfondo es existencial. Se trata de un poema moderno, como la sociedad que refleja, pero que nos remite a un universo trascendente, más allá de la anécdota o de la vivencia compartida por una generación de hombres, en su transición hacia la madurez y hacia la conciencia de la finitud de la vida. Se trata de uno de los temas más frecuentes en la literatura universal, el tratamiento se puede encontrar como "topoi" en la literatura clásica, por ejemplo, el "carpe diem", tendría, a mi juicio, una discreta asociación, aunque el enfoque sea opuesto, en cierto modo, puesto que no se trata de una exaltación de la vida, a partir de la conciencia de la muerte, sino de una percepción del modo en que dicha conciencia impregna el propio disfrute de la vida a partir  del momento en que dejamos  definitivamente de ser niños y  depender de nuestro padre y madre. Se trata de una visión impregnada de tristeza, de angustia existencial, en la línea de la poesía española de la década de los cincuenta, con poetas como Gil de Biedma, con una influencia notoria, por otra parte, sobre lo que se ha venido llamando poesía de la experiencia, es decir, la expresión del yo poético como vehículo de reflexión sobre el ser a partir de vivencias cotidianas.
 En este poema, en concreto, me atrevería a decir que se puede encontrar un significado específico, más allá del tema común de la fugacidad de la vida. Se trata de reflejar la idea de que la libertad es una ilusión, de que esa ilusión se crea a partir de la resistencia a la tutela de los padres, y paradójicamente, gracias a ella. Pero que esa quimera se desvanece al tomar las riendas de la propia vida y entender que la sensación de invulnabilidad es ilusoria "nosotros que no temíamos la soledad, ni el silencio, ni la muerte" que en la larga cadena de la vida, nosotros sólo somos un eslavón más, determinado por el paso irremediable del tiempo, a nosotros "que no creíamos en nada" nos llega repentinamente una certeza, la de que nuestra muerte es irremediable.

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