Libros al viento.

TEXTO ENSAYÍSTICO 4

  
  Es, por cierto, muy digno de admiración que este punto, se haya presentado a la discusión como un problema difícil de resolver. La lucha de toros no ha sido jamás una diversión, ni cotidiana, ni muy frecuentada, ni por todos los pueblos de España, ni generalmente buscada y aplaudida. En muchas provincias no se conoció jamás; en otras, se circunscribió a las capitales y dondequiera que fueron celebradas lo fueron solamente a largos periodos y concurriendo a verla el pueblo de las capitales y tal cual aldea circunvecina  Se puede, por tanto, calcular que de todo el pueblo de España apenas la centésima parte habrá visto alguna vez este espectáculo. ¿Cómo, pues, se ha pretendido darle el título de diversión nacional? Pero si tal quiere llamarse porque se conoce entre nosotros de muy antiguo, porque siempre se ha concurrido a ella y celebrado con grande aplauso, porque ya no se conserva en otro país antiguo de la culta Europa, ¿quién podrá negar esta gloria a los españoles que la apetezcan? Sin embargo, creer que el arrojo y destreza de una docena de hombres, criados desde su niñez en este oficio, familiarizados con sus riesgos y que al cabo perecen o salen estropeados de él, se puede presentar a la misma Europa como argumento de valor y bizarría española, es absurdo.

Este es un texto ensayístico. (Ver características del ensayo)

   Para resumir el texto podemos decir que se presenta en él una perspectiva hacia un  problema, a saber, las luchas de toros, que no le parece al autor o autora de tan difícil solución como se dice en ese momento. 

   La estructura externa del texto responde a una división en dos párrafos de extensión semejante (de 10 a 8 líneas respectivamente). La estructura interna se corresponde con su carácter argumentativo ya que se trata de una sucesión de razonamientos destinados a, en este caso,  negar una tesis, una idea que se plantea externamente al texto y la intención global del mismo es, precísamente, desmontar el valor de esa idea, de los argumentos en los que se apoya mediante la ironía y la contra-argumentación.

   En el primer párrafo el autor se refiere a un aspecto que no se explicita en el fragmento que estemos comentando. "Es por cierto, muy digno de admiración que este punto se haya presentado a discusión". Resulta evidente que el autor o autora se está refiriendo a algo que se ha dicho anteriormente y que no ha quedado recogido en el fragmento, dándole a este un inicio al estilo de ciertas narraciones "in media rex" que entran en materia sin preámbulo alguno. Me atreveré a decir, por tanto, que este no es el comienzo real del texto y que debemos asumir que no está explícito. No obstante, muy pronto aparece el tema, en la frase siguiente, nos concreta: "la lucha de toros".  A partir de este momento, y sin rodeo alguno, entra directamente en la contra argumentación, comienza atacando la idea misma de que nos encontramos ante un dilema, un problema de difícil solución y a continuación se presentan las ideas que refrendan este punto de vista. En este primer párrafo se expone que se trata de un espectáculo minoritario y no de un espectáculo que pueda ser representativo de toda la nación. En el siguiente párrafo, en una estructura contrapuntística, se aceptan con argumentos contrarios indiscutibles, la antigüedad, el éxito entre sus defensores y la exclusividad de las luchas de toros respecto a los demás países de Europa, donde tal actividad no existe. Pero se le da la vuelta a este argumento para presentarlo como prueba del atraso, lo que conduce al absurdo la idea de mostrarlo a los europeos como un valor del pueblo español.

Por tanto, podemos estructurar las ideas del texto del modo siguiente:
La idea principal sería la de que es absurdo presentar ante Europa las luchas de Toros como un valor nacional.
Las ideas que desarrollan esta principal serían:
1. No es nacional, ya que no es general.
2. Sólo se conserva en España, y no en la "culta Europa"
3. No es muestra del valor español, sino del arrojo de unos pocos hombres.

  En este texto se parte de una primera impresión negativa, de asombro, ante algo que se presenta como un problema complejo para ir desbrozando hasta llegar a una conclusión , una tesis que se presenta como evidencia inexcusable.

 El estilo del texto se corresponde con una prosa ágil, de registro estándar, coloquial, dirigida a un lector culto, aunque no especialista en ninguna materia en particular. Un lector de prensa interesado en formarse una opinión sobre temas de actualidad y poder desarrollar sus propios argumentos a partir de distintos puntos de vista. Por otra parte, distintas expresiones nos permiten afirmar que se trata de un texto escrito en el siglo XVIII o XIX. En este sentido el aspecto léxico es fundamental. Fijémonos que se refieren a las corridas de toros con la expresión "luchas de toros". Igualmente me atrevería a decir que la actitud ante Europa que se presenta como culta, en contraste con España, que se presenta como ignorante, si consideramos el proceso inferencial (WILSON). Esta visión crítica de España y la idea de Europa como modelo a seguir también es muy propia del siglo XVIII y de la Ilustración, como luego señalaré.

 La cohesión textual se establece mediante el uso de gran número de partículas de cohesión que estructuran la misma y la unidad del texto, permitiendo el desarrollo de la argumentación y contra-argumentación. A saber: "Por cierto", "pero si", sin embargo.

 Las ideas del autor o autora se presentan de forma contundente, sin valor subjetivo, sin asomo de duda. No se emplean personalizaciones del tipo: "desde mi punto de vista", sino oraciones de predicado nominal que elevan la opinión del autor a la categoría de hecho, la esencializan, incluso. Veamos estos ejemplos: "es digno de admiración", "es  un absurdo". Además, en la primera parte el  argumento principal  presentado contra el toreo es que este es minoritario , para lo cual se enumeran una serie de ejemplos que se consideran muestras irrefutables de hechos y no opiniones. Por ejemplo: no ha sido jamás una diversión generalmente buscada/ en algunas provincias no se ha conocido jamás. Se recurre a la matemática para dar más fuerza argumentativa a la afirmación: " se puede calcular que apenas una centésima parte habrá visto alguna vez el espectáculo".

  Es muy interesante el cambio de tono en el segundo párrafo en el que el autor o autora hace una concesión a su contrario en la dialéctica del discurso: "pero si tal quiere llamarse"  aunque esta concesión es una trampa, un ardid argumentativo orquestado con la intención de mostrar al lector/a que si el torero se puede mostrar ante Europa como único y original de España es, precisamente, porque este tipo de diversiones ya han desaparecido en otros países.

  Considerando globalmente el texto, podemos decir que no es sólo una crítica a la pretensión de presentar el toreo ante el resto de Europa como un valor cultural de España, y por tanto como una seña de identidad, sino también como una crítica más profunda y general hacia la actitud de ciertas personas que parecen querer dejarnos en el pasado, no evolucionar, no identificarnos con el resto de Europa, como sería lo lógico. Esta es una actitud que, como mencioné anteriormente, encontramos en España como una de las ideas eje de nuestra Ilustración, entre autores como Feijoo, Jovellanos, y más tarde en Larra y otros articulistas decimonónicos, y que llega hasta el regeneracionismo y  buena parte del ensayismo posterior en la medida en la que el tema se ha convertido en una cuestión recurrente en nuestra construcción ideológica de cómo ha de ser nuestro país, y todavía no se ha resuelto, (baste recordar el famoso lema publicitario: "Spain is diferent" ni en su sentido general, ni en el específico, referido a las corridas de toros que hoy, más que nunca, despiertan apasionadas defensas entre sus admiradores, y aquellos que las consideran un lastre propio de un país atrasado.








No hay comentarios:

Publicar un comentario